29 de septiembre de 2010

21 horas

Para un día como hoy.
Los valores parecen no importar porque se empezaron a menospreciar el día en que nos dio lo mismo el tener que el ser, que apostamos por la inmediatez y el éxtasis de ignorar.
Hoy, paralizados en un paradigma cancerígeno, estéril. Tan fuerte como cuando creíamos que la Tierra era plana. Bloqueados frente la ausencia de preguntas poderosas y la afonía de afirmaciones caducas.
Empecinados en sostener, desde el dolor, el modelo actual, reflejo de nosotros mismos como un todo unificado, global.
Si...., tú te llevas a todas partes y en todas partes estamos todos.

Un modelo en el que unos trabajan cada vez más para aumentar sus ingresos, comprar más cosas y así incrementar el consumo que a su vez genera el incremento del exceso de dióxido de carbono y asfixia a la Tierra.
Un modelo que nos mantiene anclados en la queja, pues estas personas, simultáneamente, sufren la falta de tiempo para disfrutar las cosas que han adquirido, la insatisfacción producida en una vida cada vez más materialista, vacía y sin sentido.
Y…. otro gran grupo de personas que carece de empleo o está subempleado, en precarias condiciones, residiendo en la agonía y generando un coste para la sociedad que recae sobre el grupo anterior.

Todos y cada uno representados en un escenario global de gobiernos, sindicatos, empresas, bancos, organizaciones, etc… con protagonistas moviéndose en un perpetuo desequilibrio, sin sentido (amen de los sangrantes egoísmos corruptos que lastran, capan y asesinan cualquier brizna de lucidez en todos los colores y géneros). Sin valores, sin mensaje. Todos danzando en el zombieland mediático de la prensa y la TV.

¿se puede actuar de forma diferente?

¿se pueden hacer las cosas de forma diferente?

Si has llegado hasta aquí, déjanos decirte que si sigues encontraras argumentos bastante sólidos para, el menos, pensarlos y tal vez incorporar alguno efectivamente en tu día a día, en tu vida.
Notarás y observaras los inconvenientes y resistencias que la propuesta de tan solo un peldaño de una gran transición provocaría. No te extrañes, como suele suceder cuando nos enfrentamos a un cambio, los miedos a perder lo que tenemos aparecen más grandes que las oportunidades de lo que podemos ganar, sobre todo cuando algunas de las “ganancias” son a largo plazo.

Queremos presentarte el informe 21 horas publicado el pasado 13 de febrero por nef (the new economics foundation). NEF define su actuación independiente dentro del think-and-do tank (“tanque de ideas para poner en marcha”) como modelo de inspiración y demostración de una economía real en donde que las personas y el planeta importen es posible .
El cambio de paradigma que el informe argumenta y propone es muy profundo pues rompe completamente con un monumento indestructible e incuestionable aunque, ciertamente, como dicen sus autores, es una reliquia de la revolución industrial: nos referimos a la semana laboral de 40 horas.

La propuesta es una semana laboral de 21 horas

El informe en sus cuarenta páginas nos ofrece una amplia colección de argumentos y datos para promover la conveniencia de acortar la semana laboral de 40 a 21 horas. Los autores lo consideran esencial para alcanzar las metas: 1.- una economía descontaminada libre de CO2 2.- justicia social y bienestar (especialmente para los más pobres y las mujeres). 3.- un entorno sostenible.

En lo que se refiere, exclusivamente, al empleo la idea básica es repartir el empleo actual. Más mujeres podrían acceder al mismo, a cambio de que más hombres redujeran el suyo. El resultado sería un incremento de la igualdad. Hombres y mujeres repartiéndose el trabajo disponible y, también, el trabajo no pagado (atención de niños, personas mayores, tareas domésticas, sociales, etc.) y el tiempo de ocio. Es decir, un incremento muy notable en el equilibrio laboral y personal.
También apunta incrementos del bienestar laboral y sus costes económicos asociados (reducción de estrés, enfermedades laborales, absentismo, etc.) o el incremento de productividad derivado de una jornada más corta. Es tremendamente interesante observar las cifras que el informe expone y aun más las propuestas argumentadas.

¿por qué 21 horas?

Porque es el promedio actual de horas trabajadas en trabajo remunerado por las personas en edad de trabajar y solo unos pocos minutos más del promedio en trabajo no remunerado (datos en UK).

En definitiva: se trata de adecuar la acción a la realidad existente.

¿Qué quiere decir esto?

El informe aporta datos e información relativa a cómo vivimos nuestras vidas, es decir, que acciones realizamos con nuestro tiempo. Nos muestra como la “foto” actual difiere radicalmente del modelo establecido que genéricamente en el mejor de los casos es de “nueve a cinco, cinco días por semana”.
En otras palabras el modelo actual, en contenido y forma, en el que vivimos no se corresponde con nuestras expectativas como sociedad, no se corresponden con la “realidad” que muestran los datos. No se corresponde con lo que estamos precisando como humanidad.
Los autores señalan los inconvenientes y las resistencias que esta gran reforma provocaría.
Hemos añadido un página en este blog con la traducción de la noticia del NEF del pasado 13 de febrero del 2010: ver en: 21 horas

Entendemos que la propuesta de 21 horas junto con sus requerimientos y consecuencias puede parecer imposible, su análisis un gasto de energía y muchos piensen que debería descartarse por utópica. Sin embargo queremos insistir y apostar, sabiendo que:
Son más quienes no tienen dinero para participar en el consumo ciego.
Son más quienes se verían beneficiados por el acceso a un empleo y el bienestar que él puede ofrecer.
Somos más los que vemos y sabemos que la destrucción del planeta y la descarada desigualdad de los recursos no solo no es sostenible, sino que está amenazando la supervivencia de nuestra humanidad.
Somos más los que entendemos y pensamos que la transición a una economía más sostenible ya no es un “lujo” sino una necesidad urgente. Debemos entender que los recursos finitos y la desigualdad no son una consecuencia despreciable ni un efecto colateral.
Somos y formamos parte del problema y por ello debemos ser y formar parte de las soluciones.

En QE opinamos que:

Es un proyecto ambicioso y en la dirección acertada. Comprendemos y entendemos que es solo un peldaño de una larga escalera que conduce a un mundo más justo y habitable.
Deseamos que sea el detonador de constructivas conversaciones y discusiones que lo enriquezcan.
Es un proyecto provocador (y eso nos gusta) que sacude nuestra complacencia y nos plantea una meta tan desafiante que es muy fácil descalificarla por utópica. Deseamos animarte a apartar los miedos y egoísmos y demostrar la generosidad de una crítica constructiva para aportar soluciones a cada obstáculo.
Es un proyecto que apuesta incuestionablemente por el poder personal (y eso también nos gusta). El poder de cada individuo para crear ideas e innovar, es decir, colaborar en la acción para su realización: ACTUAR.
Estamos convencidos que tiene futuro porque ES-SOSTENIBLE.
Es un proyecto que contiene las coordenadas para llegar a un mundo mejor para todos.
21 horas requiere un gran cambio, requiere encontrar nuestro sentido, revisar el significado de nuestros valores en lo individual y lo social. Plantearnos objetivos hacia la meta y comenzar a ACTUAR.

Todos sabemos que “eso”, a la vez, es complicado, es lento y ….ES-POSIBLE.

El informe 21 horas puedes descargarlo en: http://www.neweconomics.org/publications/21-hours
En este bolg:  encontrarás la traducción de la noticia de su publicación, ver página: 21 horas

24 de septiembre de 2010

conquistando-Se

Como con el photoshop; cada efecto digital que aplicas es la transformación de lo que no quieres ver más.
Y cambias y cambias. No puedes decir qué es la realidad.
En cada clic le pides a tu consciente que te mienta, así, en solo unos pocos clic’s, estás de nuevo perdid@, la resaca emocional aparece y difícilmente puedes decir si lo que estás sintiendo es real ó no. Salvo, claro…, el dolor y la culpa en tu pecho, tu espalda o tu estómago...
“Clic, clic…aplicando…” del desanimo a la desesperanza. Desesperanza fundada en lo que sabes, que es nada… para salir de nuevo corriendo… “clic, clic…aplicando…” la conquista de un sueño llamado esperanza. Esperanza sobre lo que ignoras, que es todo… y clic, clic aplicando…

¿qué sucede?

En lo concreto, “la liberación” está solo en ese instante de creación: clic!
Tu cerebro se hace adicto a los clic’s y lanza una coral de neuropéptidos que le cantan a tu cuerpo una melodía. Tu mente la bailará para crearte una vida de transformación vacía. Lo irónico y aun más adictivo es que tal vez te sientas creador… y llegues a pensar que tienes “el secreto”… clic, clic… pero...lo sabes: En una vida soñada, a cada despertar, serás de nuevo el mism@.

¿entonces?

Observa que lo único que falta en tu vida eres TU.
Date cuenta que aquello que no eres capaz de aceptar es la única causa de tu sufrimiento.
La verdad, tu verdad y por tanto la realidad, solo existe dentro de tí
Transforma la creación de tu vacío existencial por la innovación sobre y en ti mism@: actua, conéctate con tu SER y re-constrúyete. Sólo los hechos permanecerán en tu memoria.
Aprende a ser dueñ@ de tu mente y tus pensamientos y, con cada acción, entenderás que lo “que sucede” no tiene nada que ver "con lo que pasa".
Ninguna vida tendrá sentido si no te permite SER. Valdría el sacrificio de morir para encontrarlo.
Así que no esperes a la certeza de lo inexorable y aprende a saber, cuanto antes, que es así, que eso existe, aunque no lo veas.
Te da la fuerza del coraje, alimenta tu hacer para no dejarte estar en la adicción, el bloqueo, la apatía, esconderte tras el desanimo y tal vez la desesperación. Es el apoyo real de tu vida y tus opciones. Es la energía para lanzarte a la conquista de las infinitas probabilidades.

El resultado está justamente muy cerca, detrás de cuando crees que ya no puedes más. Tu decides.

17 de septiembre de 2010

¿de quién es el problema?

Una exposición del zoológico de Londres terminaba en una sala que decía contener al "predador más peligroso del mundo". Al abrir la puerta, el visitante se encontraba con... un espejo. Ese mismo "animal" (que te enfrenta cada mañana mientras te afeitas o te maquillas), es la causa de todos tus sufrimientos y la solución de todos tus problemas.

Si hacerse responsable y protagonista es tan efectivo, sí desligarse del problema y verse como víctima es tan inefectivo ¿por qué las personas tendemos a actuar como víctimas y no como protagonistas?
Porque creemos que la seguridad y la felicidad se consiguen mediante la aprobación del otro; porque creemos que el bienestar y el éxito se derivan de la inocencia y el complacer a los demás.

Desde la más tierna infancia aprendemos a igualar responsabilidad con culpabilidad. Por eso hablamos de ser responsable de algo. Cuando mamá encuentra los juguetes desparramados y, con gesto adusto, pregunta
"¿Quién es el responsable de este desastre?", los dedos siempre apuntan hacia el otro. Cuando papá nos encuentra trenzados en una riña y, con voz de trueno, pregunta "¿Quién es el responsable de esta pelea?", la respuesta tan enfática como automática es: "¡Él!". En nuestra mente infantil, ser responsable equivale a "ser causante" o "culpable" de algo. Y ser culpable es algo malo. No sorprende que defendamos nuestra inocencia desapegándonos del problema.
El problema de erradicarse de la explicación de la situación es que uno pierde todo el poder de influir positivamente en ella. Si uno no es parte del problema, no puede ser parte de la solución. Aun cuando uno no sea el agente causal en forma directa, puede descubrirse como parte del sistema que genera el resultado insatisfactorio.

Siempre que uno sufre, "tiene algo que ver" con el asunto.

Veamos un caso real:

Un manager con quien estaba trabajando, llamémoslo Luís, estaba enojado porque sus colegas habían programado las vacaciones del personal sin consultarlo. De acuerdo con el calendario establecido, su departamento quedaría con muy poca gente durante un período crítico. Luís estaba furioso, ya que nadie lo había consultado sobre sus necesidades. "¡Esto es increíble!", exclamaba frustrado. "¿Cómo se les ocurre dejarme con sólo cinco personas en agosto? ¡Están totalmente locos si creen que así podremos responder a los pedidos que llegan!
Le pregunté: "Luís, ¿de quién es el problema?". "De ellos, por supuesto", me contestó airado, "deberían haberme consultado antes de programar las vacaciones de mi gente y hacer el anuncio público." "Ciertamente hubiera sido mejor si te hubieran consultado, pero no lo hicieron", le dije en
tono comprensivo. Pero mi comprensión no era una aceptación de su posición de víctima; insistí en pedirle que buscara una oportunidad para el protagonismo: "Luís, ¿quién está sufriendo por esta situación?". "Yo, sin duda", respondió. "Entonces, ¿de quién es el problema...?"
Se hizo un silencio, y en ese momento vi una chispa de comprensión en sus ojos. "¿Me estás tratando de decir que es mi problema?", preguntó incrédulo. 'Yo no tuve nada que ver en la decisión." "En efecto, no participaste en la decisión", acepté, "pero eres quien sufre las consecuencias. Y si tú eres el que sufre, tú eres el que tiene el problema. No hay persona que tenga mayor incentivo para tomar medidas correctivas que tú.
Si esperas que 'ellos', los que tomaron la decisión de acuerdo con su conveniencia, se preocupen por resolver tu situación, te deseo buena suerte."
Aunque Luís empezaba a comprender el razonamiento, seguía influido por la inercia de la víctima. "¿Por qué tengo que ocuparme de resolver un asunto del que no soy responsable?", protestó con cierta convicción.
"Porque eres quien sufrirá las consecuencias. Si tú eres el que sufre, es tu problema", insistí. "No eres responsable del problema, pero eres responsable frente al problema. Más allá de quién es el causante, el hecho es que te enfrentas a una situación que te resulta insatisfactoria. Puedes seguir lamentándote y culpando a los demás, o puedes hacerte responsable y actuar para mejorar las cosas. Hagas lo que hagas, eres tú quien tendrá que vivir con las consecuencias." "Pero eso no es justo. Yo no soy el culpable."
"Luís", le dije, "la vida no es justa; y si esperas justicia terminarás sumido en el resentimiento y la resignación. Te sugiero abandonar la ilusión de que los demás se harán cargo de tus problemas simplemente porque tú crees que ellos los han causado, y asumir la necesidad de enfrentarte a la situación independientemente de que creas que no es justo. La idea de 'justicia' es una opinión que muchas veces sirve para esconder  la falta de decisión y de acción. Lamentablemente, la efectividad y afectividad, la experiencia del poder personal y la paz interior son directamente opuestas a la expectativa de justicia."

El alma queda teñida del color de tus pensamientos.
Piensa sólo en aquellas cosas coherentes con tus principios y que pueden soportar la más intensa luz del día.
El contenido de tu carácter es tu elección.
Día a día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces es en quien te conviertes.
Tu integridad es tu destino...es la luz que guía tu camino.
Heráclito

12 de septiembre de 2010

encontrar-Se


Llegas a casa y la luz la llena de nuevo. Te ofrece una visión casi desconocida. Tus ojos aun están en los paisajes y las ciudades que has vivido. Tus pensamientos aun recuerdan y tu corazón que late al ritmo de los escenarios que tu memoria pinta , se resiste… él siempre es el primero en salir y el último en volver.

No importa si has ido al otro lado del mundo o sencilla y felizmente has disfrutado de tu ciudad; sin colas, silenciosa y amable.

Tal vez el cambio de año debería ser en Septiembre tal y como dicta la naturaleza con sus deseos de otoño.

Encontrar-Se: Es el rescate de tu historia inmediata que te señala otro punto de partida, es el darse cuenta, descubrir el motivo, el impulso, la causa, la razón, y el hacia dónde, y desde donde, y el porqué, y el para qué del porqué.

Toca pensar y sentir lo que se ha vivido. Regresar a través del tiempo con la memoria de otros ojos, con un mirar distinto, nueva esperanza. Toca elaborar lo que supone para cada uno aquello que siente.

Septiembre es un buen mes para ubicarse y rescatarse de lo vivido; para decirle al corazón que vuelva despojado de lo accesorio. Como el viejo Simbad, enriquecido en sus viajes tras perderlo todo, salvo a sí mismo.